jueves, 3 de noviembre de 2022

Minirreseña | El asesino del reloj ~ El ilusionista de Varsovia.

Angel Fernandez | Autopublicado | 433 págs 
| 9.35€ | Autoconclusivo Español Comprar aquí
SUSPENSE, ACCIÓN, GIROS INESPERADOS. ¿CONSEGUIRÁS SABER QUIÉN ES EL ASESINO ANTES DE ACABAR EL LIBRO?

Nueva York, 2015. Un teniente de la policía y un agente del FBI, se unen para atrapar a un implacable asesino que dibuja un reloj en el cuerpo de sus víctimas, marcando una hora en concreto en cada cuerpo. Pero, ¿por qué hace eso el asesino?

Una noche, una bella mujer entra en la cafetería en la que el agente especial del FBI, John Harris, disfruta de un café. Ella, le dice que sabe la identidad del asesino, e incluso, su ubicación exacta. La única condición para darle tal información, es que la ayude a encontrar al responsable de la muerte de su marido dos años atrás. ¿Tendrá ese crimen alguna relación con el asesino del reloj? ¿Puede esa mujer saberlo todo? ¿Quién es esa mujer?

Al mismo tiempo, el teniente de la policía de Nueva York, Andrew Morrison, se verá inmerso en el juego del asesino. ¿Por qué el asesino ha involucrado al teniente en su perverso juego?

Prepárate para entrar en esta emocionante novela policíaca que no podrás dejar de leer.
Conocía a Angel Fernandez,  porque se puso en contacto conmigo para ponerle cara a sus novelas y, después de ver la trama de esta, me animé a conocerla. Me decanté por un thriller porque son los que más me gustan y sabía a la perfección que me haría pasar un buen rato.

'Dejaba a sus víctimas completamente desnudas en la escena del crimen, y sobre el pecho, con la sangre de ellas, dibujaba un reloj con una hora en concreto'.

Voy a empezar comentando la trama de esta la novela, que me ha gustado mucho. Viajaramos hasta Estados Unidos, aunque creo que no hay demasiados datos de ambientación; tampoco hacen falta en una novela como esta, aunque se agradecen. He de decir que tiene bastantes giros literarios y, también saltos temporales, por lo que es muy fácil perderse a pesar de que la trama esté bien hilada. Tienes que tener los cinco sentidos puestos a la hora de leer para no perderte absolutamente nada. Hay narración tanto en primera como en tercera persona y esto es bastante bueno porque, además de conocer de primera mano el pensamiento de los personajes, conocemos los del narrador omnisciente.

Prosigo la reseña hablando de los personajes, que, como ya he adelantado son varios y hay que estar pendiente para no perder el hilo de cada uno. Las descripciones de ellos son buenas y la creación de ellos también, aunque yo hubiese profundizado un poco más.

En lo referente a la estructura del libro, tenemos unas divisiones bastante cortitas, que hacen que el ritmo de lectura sea bastante rápido y ágil y puedas leer la novela casi de una sentada. El final igual puede parecer un poco precipitado, pero el inicio creo que se desarrolla de la manera más correcta, siendo pausado, pero no aburrido.

En conclusión, «El asesino del reloj» es una novela perfecta para iniciarse en el género por su extensión, pero a la que tienes que ponerle tus cinco sentidos para no perderte. Giros inesperados y un final conciso y directo.

Angel Fernandez | Autopublicado | 261 págs | 11.43€ |
Autoconclusivo Español Comprar aquí
¿PUEDE EL AMOR LLEVAR A LA LOCURA?

Misterio, locura, horror, amor, desamor, amistad…

El ilusionista de Varsovia es una novela difícil de explicar… a veces, en historias como esta es mejor dejarse llevar entre sus páginas. Podemos decir que en ella descubrirás la amistad, la esperanza, el amor, el desamor, el horror y la locura que quizá existe en cada uno de nosotros. Irás de la mano de Abraham, un joven que en plena Segunda Guerra Mundial aprendió a sobrevivir en el gueto de Varsovia, un lugar en el que conocerá a gente fascinante pero, antes de todo eso, fue un niño que tuvo que hacerse mayor demasiado pronto.

Es mucho mejor para el lector que no conozca demasiado el argumento de la novela, sumérgete en sus páginas… ríe, llora, sonríe y emociónate.

¿Estás preparado? La novela comienza con un enigmático anciano contando una increíble historia…

Reirás, llorarás, sonreirás y te emocionarás con esta maravillosa novela.
Como ya he dicho, conocí a Angel Fernandez,  profesionalmente y, después de leer su anterior libro y que me ofreciese hacerme llegar esta novela en papel, no tardé mucho en devorarla. Quería ver cómo se movía en el género histórico con toques de drama; me gustó bastante y me dejó un buen sabor de boca.

'En ese momento, deseó con todas sus fuerzas ser una rata, si lo fuera, se escondería debajo del sofá pero, no lo era'.

Voy a empezar comentando la trama de esta la novela. En esta ocasión, nos iremos a la Segunda Guerra Mundial y el holocausto. Como bien especifica el autor, no se ha centrado en relatar muy bien lo que ocurría en los campos de concentración, así como lo referente al contexto histórico sino que le ha dado más protagonismo a la historia de los personajes. Nos encontramos ante una historia más bien plana, con pocos giros, pero con un trasfondo bastante bonito y un mensaje directo. La narración será en tercera persona y aviso que, también, hay que estar bastante atento a las fechas de los capítulos para no perdernos.

Prosigo la reseña hablando de los personajes, con los que he conectado mucho y he sentido a la misma vez. De nuevo, creo que habría profundizado un poco más en su historia para conocerles más, haciendo una trama un poco más larga, pero igualmente considero que están bien trabajados tanto física como psicológicamente. 

En lo referente a la estructura del libro, volvemos a encontrarnos con divisiones cortitas que facilitan la lectura. De nuevo, siento el final que ha sido un poco precipitado, mientras que el inicio no me ha parecido apresurado, pero tampoco aburrido o monótono, por lo que es fácil entrar en la historia y conectar con ella.

No he analizado la pluma del autor hasta llegar aquí para hacerlo en conjunto. Creo que es un estilo bastante directo, con un vocabulario coloquial que no se hace cuesta arriba y unas descripciones breves y concisas. Su forma de escribir no se hace pesada en ningún momento y es bastante fácil poder terminar sus libros en menos de veinticuatro horas.

En conclusión, «El ilusionista de Varsovia» es una novela histórica corta ni pesada ideal para iniciarte en el género, descansar de lecturas más densas o probar la pluma del autor en la que para mí y hasta la fecha es su mejor novela.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Feria.

Ana Iris Simón | DeBolsillo | 200 págs 
| 10.95€ | Autoconclusivo Español Comprar aquí
«Tendré que llevarte al cerro de la Virgen y tendré que decirte que eso es La Mancha y que es de esa tierra naranja de donde venimos, que ese manto de esparto que no acaba nunca es lo que eres.

Tendré que explicarte lo que es un Pueblo y sabrás que el nuestro está atravesado por tres realidades: la ausencia total de relieve, el Quijote y el viento.
Tendré que recordarte que eres nieto de familia postal, bisnieto de campesinos y feriantes, tataranieto de carabinero exiliado y de quincallera, y que sientas entonces que eres heredero de una raza mítica».

Ana Iris creció escuchando a sus abuelos el relato de dos mundos que se desvanecen. Unos, feriantes, quejándose de que cada vez tenían más trampas y menos perras, porque a medida que la vida se convertía en una feria —la de las vanidades—, la auténtica feria dejaba de tener sentido. Los otros abuelos, campesinos, le transmitieron el arraigo mágico de la tierra. Y fue ese abuelo el que la llevó un día a un almendro y le dijo que lo había plantado él, así que pa ella era su sombra.

La que cabía en la foto que llevaba su abuelo en la cartera con un gitano a un lado y al otro un Guardia Civil. Un relato deslenguado y directo de un tiempo no tan lejano en el que importaba más que los niños disfrutaran tirando petardos que el susto que se llevasen los perros.

También es una advertencia de que la infancia rural, además de respirar aire puro, es conocer la ubicación del puticlub y reírse con el tonto del pueblo. Un repaso a las grietas de la modernidad y una invitación a volver a mirar lo sagrado del mundo: la tradición, la estirpe, el habla, el territorio. Y a no olvidar que lo único que nos sostiene es, al fin, la memoria.

Feria es una oda salvaje a una España que ya no existe, que ya no es.
Conocí a  Ana Iris Simón gracias a que un usuario de Twitter con aires de grandeza se dedicó a corregir la primera página de su libro con un criterio de dudosa calidad. Como quise forjarme una opinión propia del libro del que todo el mundo hablaba, no dudé en hacerme con él en cuanto tuve la oportunidad y tengo que decir que me ha gustado muchísimo.

'Dentro de mil años no habrá ni tíos ni tías, sino solo gilipollas'.

Voy a empezar comentando la trama del libro. Habla de la historia de Ana Iris, la propia escritora, y, además, lo hace en primera persona. Se centra en detallar alguna de las vivencias que ha tenido a lo largo de vida. No tenemos ningún giro en la trama, puesto que es bastante plana y está principalmente centrada en contar la 'evolución' y el 'progreso' que ha ido viviendo España. Es importante recalcar que no es una novela de ficción y es un libro con un alto contenido ideológico no apto para todos los públicos, pues hace una crítica directa al modo de vida actual y a la España que un día fue y que hoy no se siente. Hace un verdadero examen de lo que hoy se denomina progreso, de la pérdida de las costumbres, de las tradiciones, del poco valor que a día de hoy se le da a los pueblos, a lo rural, a sentarse en la puerta con una silla de plástico a hablar con las vecinas y a comprar una botella de leche en la tienda, cito textualmente, de 'la Rocío'.

Prosigo la reseña hablando de los personajes puesto que son bastante numerosos y todos y cada uno de ellos guardan algo especial. Desde los abuelos de la protagonista, hasta su amiga de la infancia, pasando por sus padres, tíos y primos. Son completamente redondos y sientes que te has colado en una comida familiar para conocerles de primera mano y entablar con cada uno de ellos una relación especial. La cantidad es bastante numerosa, pero es muy fácil poder seguir el hilo sin perderte.
En lo referente a la estructura de la novela, contamos con divisiones sin numerar que no se hacen demasiado extensas. A su vez, está dividido por diferentes partes y he de decir que, a pesar de que este libro no tiene diálogos no se hace una estructura pesada y todo está marcado con unos tiempos necesarios y justos para que la trama se vaya desarrollando con total normalidad. Asimismo, el inicio también tiene un buen ritmo y no te cuesta mucho entrar en la historia y conectar con ella. Si os termina gustando tanto como a mí, estoy segura de que lo terminaréis en un par de días.

'La feria ya no era lo de antes porque la vida se iba poco a poco convirtiendo en una feria'.

Al ser lo primero que leía de ella, era evidente que desconocía la pluma de la autora y puedo afirmar sin temor a equivocarme que es una de las más características que he leído jamás. Podré decir que es un libro de Ana Iris Simón sin que lo ponga en la cubierta y eso hace que sea un gran punto a su favor porque la distingue del resto de manera casi directa. Como he adelantado anteriormente, es un libro sin diálogos, por lo que la presencia de narración es el principal hilo conductor. A pesar de esto, y como ya también he dicho, no se hace una novela pesada y el ritmo de lectura es bastante ágil. Las descripciones son breves y concisas y, aunque puede ser que en algunas ocasiones necesites leer dos veces lo que Ana Iris ha escrito para darle el sentido que ella le dio, es una forma de escribir sencilla, directa y con un toque único y especial. En cualquier caso, Ana Iris escribe los sábados para el periódico El País, así que puede ser la oportunidad perfecta para ver si te gusta o no.

En conclusión, «Feria», me ha llevado a la España de hace unos años. A la España en la que todo el mundo era feliz. A la España en la que no se tenía miedo de comentar algo que no te gustaba o con lo que no estabas de acuerdo. A la España en la que apreciábamos el valor de lo único y especial. A la España que creció con ferias callejeras y niños corriendo por la calle. A la España que creció con libertad. A la España que ya no existe, que ya no es.